La localidad
medieval de Miranda do Douro es una ciudad portuguesa perteneciente al Distrito
de Braganza, Región Norte y subregión
del Alto Tras-os-Montes, Tierra de Miranda. Cuenta con una extensión de
484,08 km2 y una población 7.482 habitantes.
Es la capital del
condado y sede del municipio de Miranda do douro. La integran 17 freguesías
(parroquias). Está situada en
una colina que domina el accidente de la margen derecha del río Duero en la
sección internacional que separa la provincia portuguesa de Tras-os-Montes, de
la provincia española de Zamora. Debido a su
situación geográfica, el clima de esta región es muy particular, así que los mirandeses
suelen citar un refrán popular "en Miranda nueve meses de invierno y tres
de infierno". El invierno es frío en Miranda, siendo la temperatura mínima
media del mes más frío de 0 º c. A su vez, el verano es totalmente opuesta a la
del invierno: cálido, seco y la temperatura máxima media del mes más caluroso
es de 32 º C.
Calle Principal
Economía
La economía de la capital es el comercio, la caza, la
pesca, la ganadería así como los deportes náuticos en el embalse. Son la base
de la economía local. A estas actividades se ha unido el desarrollo turístico basado
en los monumentos de la ciudad y su entorno paisajístico
Caza
En este escondido rincón del país, los visitantes pueden contemplar un
entorno rural marcado por el paisaje, de bosque, prados,
tierras de cultivo, y barbechos. Por lo tanto, Miranda do Douro ofrece a
los visitantes poder disfrutar de la naturaleza, y de la caza donde se encuentra
una gran variedad de animales existentes en la zona, siendo una actividad que
practican los nacionales y extranjeros. Los más abundantes son el conejo,
liebre y perdiz. También se realiza con
gran éxito las cacerías del jabalí y del zorro.
Castillo
En la entrada norte de la localidad se
encuentran las ruinas de un antiguo castillo que apenas conserva detalles de lo que
un día fue, destacando uno de sus cuatro torreones que lo flanqueaban y un
pozo, en el centro del patio de armas, al que había que bajar por 46 escalones
de caracol para coger agua.
Al alzar
la vista se podrá observar desde casi cualquier punto de la ciudad: la catedral, catalogada como Monumento Nacional, se encuentra en la
zona alta del casco histórico, frente a las ruinas del palacio episcopal y la muralla prerrománica, en uno de los lugares más privilegiados
de la ciudad.
Las Murallas
De las diez torres medievales pertenecientes
al recito amurallado del Castillo, sólo resistieron la toma de la ciudad, las
dos que están situadas donde termina la
Rúa da Costanilha, son dos impresionantes torreones almendrados, unido
ente si por dos arcos de medio punto que fueron construidos en el siglo XIII.
Pero a mediados del siglo. XVI, por
razones de seguridad, la puerta exterior
pasa a ser más estrecha y tener un nuevo arco apuntado u ojival. En la
base de una de las torres, en el
interior de la zona norte, el arquitecto D. Dinis Grabaron, grabó un estribo y
una flor del lis, símbolo de la Orden Militar que dirigió la obra de la nueva
ciudad de Miranda.
Está clasificado
Monumento Nacional.
Iglesia de la Misericordia
La Santa Casa de la Misericordia fue fundada
por el obispo Rodrigo de Carvalho entre 1554 y 1559. Fue construida en 1.589 como capilla de la Casa y del Hospital de
la Misericordia, que se encuentran anexos. Es una iglesia de una sola nave y planta rectangular, con
una fachada de granito con influencias manieristas. La portada está formada por
un arco de medio punto enmarcado entre columnas toscanas con capiteles dóricos.
En el interior se encuentra varios retablos
barrocos del siglo XVII revestidos de talla dorada. Destacan especialmente el
retablo del altar Mayor.
CATEDRAL
La construcción de la catedral nueva se inició el 24 de
mayo de 1552, con una solemne ceremonia. La iglesia fue proyectada por Gonzalo
de Torralba y Miguel de Arruda, siendo maestro de obras Francisco Velázquez y
Gaspar de Fonseca. Se consagró el altar mayor en 1556, por el Obispo D. Antonio
Piuheiro, y en 1609 D. Diego de Sousa informó al Papa, que la catedral estaba
construida y terminada. El edificio,
está orientado al norte, con una planta cruciforme de tres naves y cuatro
tramos con bóveda nevada, sustentada por ocho pilares toscanos. La fachada
principal es simétrica y regular custodiada por dos torres laterales y encima
de la parte central cuenta con una
balaustrada. En el interior resalta el retablo del altar mayor con un conjunto
de escultura noble dedicado a Santa María la Mayor, ejecutado entre 1610 y
1614, por Juan de Maniategui y Tomas Velásquez,
Nave central
Órgano S. XVIII
Ruinas
del Palacio Episcopal
Los Pauliteiros
Son un
grupo que constituidos exclusivamente de ocho niños y tres músicos (gaita,
flauta y bombardino).
Ver a
los Pauliteiros bailar siempre es un espectáculo para la vista, ya sea frente
de la Iglesia después de la Misa o en las fiestas religiosas locales.
El Museo de Miranda do Douro
El Museo Tera de Miranda fue inaugurado en el año 1982.
Fundado por el Padre Antonio María Mourinho. Sus instalaciones se encuentran en
un edificio noble. Consta de planta baja
y de un primer piso y está acondicionado con
dos escaleras una de subida y otra de bajada. Está formado por varias
salas donde se exponen objetos de la vida cotidiana de esta población y de su
comarca con trajes regionales, aperos de labranza de la vida rural y de
gastronomía. Me sorprendió este museo por la distribución de las salas y su
contenido, por lo que si os acercáis a esta población no dejéis de visitarlo y
una vez realizada la visita saldréis muy satisfechos de la misma.
La entrada del edificio se realiza por unas puertas
acristaladas de gran tamaño; una vez dentro abonaremos el importe de dos euros
por la entrada y a partir de aquí comenzamos el recorrido entrado en la primera
sala donde se encuentran los aperos de labranza: un arado y unas coyuntas,
cencerros y herramientas para marcar el ganado y varios objetos más. Esta es
una pequeña muestra de lo expuesto en la sala.
En la sala contigua entramos en la cocina de una casa
típica mirandesa de campo de una espléndida belleza. Nos encontramos dos
preciosos escaños, una alacena de madera en negro donde su exponen diversas
fuentes, varios potes y pucheros, así como varias tinajas de diversos tamaños y
una colección de cestos.
Después
de subir los pasos de escalera, nos encontramos con este sorprendente telar de
madera y varias herramientas que ayudaban a preparar la lana para ser tejida.
La encargada del museo no supo decirme los años de antigüedad del telar y de
los demás enseres existentes. Este es un telar de los más antiguos que he
tenido la oportunidad de ver.
A continuación pasamos a la sala de costura, donde se
exponen una variada gama de tajes típicos de la localidad y de las comarca, y
seguidamente aparece la sala de los disfraces. En esta sala se exponen una
amplia muestra de disfraces que sorprende al visitante.
En este espacio se presentan instrumentos musicales (gaitas
de folk o de fuelle, tamboril, flautas). A continuación nos dirigimos a la sala de
máscaras:
Es el último espacio del museo, siendo la sala
más espaciosa donde se exponen una infinidad de máscaras, unas son grandes y
rústicas, otras son medianas confeccionadas en maderas refinadas y decoradas
representando monstruos y animales mitológicos. Hay también una variada gama de
libros infantiles lo que parece una exposición temporal
Una vez finalizada la visita al museo, me despido de la
encargada, y me voy con una sensación muy agradable por haber disfrutado de este
espacio cultural tan acogedor.
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